La semana pasada fue de buenas noticias. A los progresos en la integración económica con Bolivia y Brasil, se sumó la actitud constructiva de los sectores representados en el Acuerdo Nacional (AN), en el sentido de unificar fuerzas para lograr el incremento de las inversiones. El jueves pasado se anunció que el Cusco empezó a recibir regalías por el gas de Camisea.
Esta noticia merece ser resaltada por dos razones principales: la primera, que este beneficio se produzca en un contexto general positivo para nuestro desarrollo económico; y la segunda, debido al significado que tiene, en el largo plazo, la utilización racional de los recursos naturales y la distribución descentralizada de los beneficios.
Se sabe que la economía se halla directamente ligada a la política, de modo que una crisis económica genera casi de inmediato graves efectos políticos, como la agudización de las tensiones y el fortalecimiento de las tendencias extremistas; por el contrario, una situación de crecimiento constante y sostenido tiende a reducir la fuerza política de los partidos radicales y a favorecer a los moderados.
Nuestro país, al igual que la mayor parte de América Latina, no ha encontrado aún el consenso para aplicar fórmulas que nos lleven por el camino del desarrollo constante, del incremento de las exportaciones y la mejor distribución de la riqueza. Esta es una las explicaciones profundas de nuestra ya conocida inestabilidad política.
En la actualidad, el Perú mantiene una tasa razonable de crecimiento del Producto Bruto Interno y un acelerado avance en lo que respecta a las exportaciones y el turismo, las reservas internacionales pasan los 11 mil millones de dólares, de este modo, el próximo gobierno tendrá bases sólidas para que el ritmo del crecimiento logre un 6 o 7 por ciento al año, con lo cual podremos decir que se acelerará el despegue de nuestra economía.
El disponer de más recursos en un contexto económico positivo resulta bueno, pero mejor aún es el que esos mayores recursos se utilicen de manera descentralizada, es decir, buscando beneficiar para quienes fueron casi siempre postergados.
La mejora en economía se da de modo paralelo a una reducción de las tensiones y enfrentamientos políticos. Como patriotas y demócratas que somos, debemos tener muy claro cuán fundamental es unir esfuerzos a favor del Perú y, además, desterrar ese insustancial “ruido político”, que ha distraído mucho tiempo a la opinión pública.
Fuente: El Peruano – EDITORIAL
Fecha: Lunes 16 de agosto de 2004