¿Qué hay en el Perú que pueda permitirle al presidente Toledo ganar más que 100 viajes a China, en términos de rentabilidad política para el país? Rescatar de manos de la burocracia lo que él contribuyó a crear: el Acuerdo Nacional. ¿Cómo? Desvinculándolo del control gubernamental y dándole a sus acuerdos y resoluciones la fuerza vinculante para su cumplimiento por el Congreso y el Ejecutivo.
Si hay algo que tiene medio paralizado al Acuerdo Nacional , pese a los numerosos consensos logrados, es precisamente su carencia de mecanismos vinculantes. Lo que le sobró y bastó a la Mesa de Diálogo de la OEA durante la transición. Entonces los acuerdos de la Mesa de Diálogo pasaron como un tubo por la aprobación del Congreso. Debimos haber mantenido esa instancia en función de lo que había que hacer todavía. Lamentablemente en el Perú no queremos aceptar como ciertas nuestras transiciones y de tanto pretender no necesitarlas seguimos en el mismo círculo vicioso de tener una república incompleta. ¿Qué tendría que hacer el mandatario una vez liberado el Acuerdo Nacional de la férula gubernamental? Convertirse, desde su posición de jefe del Estado, en el propiciador de encuentros y coordinaciones con los partidos y sociedad civil para fijar primero los diez o doce puntos (¡no más por favor, así lo anime Carlos Ferrero!) que deberían ser las vías de salida de nuestra crisis de gobernabilidad. El paso siguiente sería poner un equipo de trabajo a largo plazo al frente de cada punto, con un compromiso de cumplimiento de objetivos. Paralelamente a ello se asegurarían los elementos vinculantes de esos puntos desde el Ejecutivo y Legislativo. No hay otra manera de enganchar una agenda nacional a la locomotora de las realizaciones. Y esta locomotora necesita un timón. Nada más adecuado, en este caso, que el propio inspirador de una concertación que nació bajo las luces del protocolo palaciego, pero que requiere un mecanismo de aprovechamiento concreto, que es convertir el Acuerdo Nacional en legalmente vinculante. Contra lo que muchos piensan, Toledo pasará a la historia por muchas cosas, entre ellas por el Acuerdo Nacional , siempre y cuando sepa salvarlo a tiempo. Habrá ganado así el equivalente a cien viajes a China, no importa el dinero reunido en préstamos e inversiones. Salvar la gobernabilidad del país no tiene precio.
Juan Paredes Castro
Fuente: El Comercio – OPINIÓN
Fecha: Domingo 12 de Junio de 2005