Con algo de apremio, pero a la hora, se dio inicio este mediodía la Campaña Nacional por el Respeto y la Puntualidad que tiene como objetivo desterrar la tristemente famosa “hora peruana” del país.
La ceremonia programada para las 11:30 en la Plaza Mayor , comenzó con 8 minutos de antelación. El mandatario Alan García Pérez llegó antes de esa hora, por lo que aprovechó para darse un “baño de popularidad” por las inmediaciones.
Fueron varios los oradores del acto público. Luego que hablara el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, los maestros de ceremonias, los periodistas Raúl Vargas y Claudia Cisneros, cedieron el uso de la palabra a García Pérez, quien subrayó que la impuntualidad es una falta de respeto al otro, y que mina este principio de la democracia y la convivencia civilizada.
“Hay que terminar con la pésima, nefasta costumbre de no ser puntuales, de no llegar a tiempo y no irse a tiempo, que también es una forma de impuntualidad que a veces se olvida”, subrayó García durante su discurso, cuya duración hizo peligrar la sincronía de la ceremonia segundos antes del mediodía.
En medio de su alocución, un vecino notable de la Plaza Mayor hizo su aparición a las 11:45 de la mañana. Era el cardenal Juan Luis Cipriani.
En más de una oportunidad, Cisneros y Vargas le hicieron señas al mandatario para que acabara con su discurso.
Segundos después del mediodía, el presidente hizo sonar una campana con la que simbólicamente se sincronizaron los relojes. Una lúgubre muerte apareció llevando un féretro con la inscripción “Hora Cabana Q.E.P.D”.
En el reloj de la Catedral de Lima, un mimo se esforzaba en poner a la hora un enorme reloj blanco. Ojalá este tesón esté presente en la conciencia de todos los peruanos más allá del 27 de julio, fecha en que acabará esta campaña iniciada por el Acuerdo Nacional.
Fuente: El Trome
Fecha: Jueves 1 de marzo de 2007