Por Alfonso Velásquez, Presidente del programa Juntos
Los niveles de pobreza extrema que alcanza a nuestra población demandan acciones permanentes y coordinadas entre el Estado y la sociedad. Más aun si esta condición de pobreza paraliza potencialidades humanas que generan serios déficits para el desarrollo humano en el mediano y largo plazo.
Un niño entre la gestación y los 3 años de edad define su vida futura, ya que en ese período se desarrollan sus capacidades mentales, emocionales y sociales. Para que ello ocurra, debemos asegurar la nutrición de la madre, lactancia y nutrición del niño. Si revisamos las cifras en el Perú nos damos cuenta de que la magnitud del problema persiste: el 40% de mujeres que dan de lactar sufre de anemia; 14% de madres en extrema pobreza tiene bebes con menos de 2.500 gramos (incrementa la probabilidad de mortalidad neonatal o de enfermedades en la niñez y etapa adulta); la desnutrición crónica en las zonas rurales alcanza al 39% de niños menores de 5 años y el 53% son anémicos.
El gran desafío que se ha trazado el Estado es disminuir los niveles de desnutrición crónica infantil en 5% durante los próximos 5 años. La Declaración de Lima, firmada recientemente entre los distintos niveles de Gobierno en la última reunión organizada por la Presidencia del Consejo de Ministros y el Banco Mundial, es la expresión de una acción concertada por luchar juntos contra esta amenaza humana.
Este consenso político coincide con los Objetivos del Milenio, las políticas de Estado del Acuerdo Nacional, el Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y se plasman estas prioridades de inversión en el Presupuesto General de la República para el 2007. Acordados los objetivos y metas, es que nace la Iniciativa contra la Desnutrición Crónica Infantil, que busca ser un espacio de coordinación entre el Estado, la cooperación internacional, ONG, empresa privada y sociedad civil para construir sinergias programáticas y presupuestales con cada uno de los componentes de la Seguridad Alimentaria , rompiendo con el tradicional esquema sectorial, superándolo bajo el enfoque de la asociatividad y del desarrollo territorial.
El programa Juntos, de apoyo directo a los más pobres, es un ejemplo de concertación entre el Gobierno, las empresas y la sociedad civil para asegurar los derechos a la salud, a la nutrición, a la educación e identidad de las madres y de la infancia rural en extrema pobreza en nueve regiones del país. Esta concertación permite la coordinación entre Ministerios sociales, gobiernos regionales, municipios y organizaciones comunitarias para, conjuntamente, reducir la desnutrición.
El colectivo de las organizaciones tanto públicas como privadas, comprometidas en la reducción de la desnutrición crónica infantil, coinciden en resaltar el potencial del Programa Juntos para contribuir activamente a hacer realidad el compromiso asumido. Estamos dispuestos a hacerlo, por el bien de nuestros niños y por el futuro del Perú.
Fuente: El Comercio – OPINIÓN
Fecha: Lunes 26 de marzo de 2007