ÁLVARO GARCÍA. Ex ministro de Economía de Chile y miembro de la CEPAL, dice que la época privilegiada en la que estamos, debido a los altos precios de los metales, debe servir para cerrar la brecha de la innovación.
Usted habla de exportar con innovación. ¿Qué le falta al Perú para ello?
Experiencias internacionales han demostrado que contar con recursos naturales como los tiene el Perú, ofrece un buen piso para participar de la economía global, pero es insuficiente. Se deben incorporar valor y conocimientos a los recursos naturales porque cuando se acabe el ciclo de los buenos precios estará limitado. Perú tiene patrones comunes de economías que han emergido.
¿Como cuáles?
Estar abierto al exterior, tener estabilidad macroeconómica, tener un buen sistema educacional. Sin esas condiciones, es difícil plantear un desafío superior. La condición común en los países que les ha ido bien es que tienen una visión a largo plazo, con metas a futuro pero con un sistema de evaluación del avance. Generalmente en nuestros países estas visiones no están presentes y se toman decisiones pensando en los problemas de corto plazo.
¿Y cómo cambiarlo?
En países exitosos existe alianzas público-privado que llevan adelante esta visión, en base a un diagnóstico compartido de la situación. Pero este tipo de instituciones, por lo general, no están muy presentes en América Latina y nosotros llegamos a trabajar al Perú con el Acuerdo Nacional porque nos pareció un germen de estas instituciones.
¿A qué se debe esta ausencia?
Una de ellas es la inestabilidad política de nuestros países. Asumir el desafío de la innovación es ver resultados en 20 años. Son cortoplacistas. Y cuando hay inestabilidad política, al gobierno le cuesta plantearse objetivos de largo plazo que no los verá en su mandato. De allí la importancia de las asociaciones público-privadas con un horizonte mayor que el ciclo político.
Pero a veces, la idea sobre una asociación público-privado es que quienes van a obtener mayores beneficios son los grupos de poder.
Ocurre que se invierte poco tiempo en informar a los actores sobre las experiencias y los resultados que se dan en otras partes. Ellos deben saber que tendrán algo que ganar para comprometerse. Otro aspecto es que todos estén dispuestos a ceder espacio para que los intereses de los otros sean atendidos, pero eso no es muy atendido en nuestros países. Así lo hizo Irlanda, hoy una de las economías más ricas, y el cambio se logró por un acuerdo amplio entre trabajadores, empresarios y gobiernos.
¿Y qué le queda al Perú por aprovechar?
Vivimos una época de bonanza económica por los metales, y dichos recursos deben ser destinados a la innovación. Países exitosos destinan un poco más del 2% del PBI para ello. Perú destina el 0.15%. Ahora puede cerrar la brecha.
“Seguirá bonanza de los metales”
Hace referencia que la actual bonanza por el precio de los metales debe ser aprovechada por los países. ¿Pero hasta cuándo podremos hacerlo?
Algunas proyecciones se han equivocado ya, pero el dinamismo de las economías emergentes como India y China parece que va a perdurar por bastante tiempo, y mientras ello siga la buena época por los metales seguirá, por lo tanto creo que seguirán por buenos años estos recursos. Nuestro desafío es cómo aprovechamos la coyuntura y atender el lado oscuro de la bonanza.
¿Cuál es ese lado?
Todos nuestros países viven un fuerte proceso de revaluación de su moneda producto del incremento de los precios de los bienes que exportamos, que actúa como detrimento a las exportaciones de otros productos. Y el desafío es ampliar la canasta de bienes exportables, pero también el incremento de la productividad y la innovación.
Fuente: La República
Fecha: Jueves 17 de abril de 2008