Busquemos objetivos comunes.AP está tras frente de partidos basado en el Acuerdo Nacional, afirma
Busquemos objetivos comúnes.
Víctor Andrés García Belaunde, presidente de Acción Popular, está convencido de que ya no existen izquierdas ni derechas y que la mejor lección que ha aprendido la clase política peruana, para enfrentar la dictadura de Alberto Fujimori, es que no puede estar enfrentada, sino tener puntos de encuentro y objetivos nacionales comunes, lo que no significa fusionarse.
En esta entrevista, explica el proyecto electoral de su partido y se arriesga a adivinar el futuro. “En 2006, el Perú buscará a alguien limpio, no embarrado en la cochinada; alguien que no esté contaminado, que tenga una moral pura, y una conducta transparente y cristalina, pero que también posea experiencia.”
Acción Popular lanzó la idea de un frente republicano. ¿Se trabaja en ello?
–Hay conversaciones no institucionales aún, porque si hasta febrero no se sabe cuántos estamos aptos para participar en las elecciones, no podemos hacerlo con quienes no pueden “graduarse”. A partir de febrero, dialogaremos con los partidos o movimientos que lograron su inscripción.
¿Cuál es la idea central de la propuesta?
–La iniciativa surge del doctor (Valentín) Paniagua, a partir de la experiencia del gobierno transitorio, que fue de ancha base. La idea es hacer un gran bloque de partidos o movimientos afines a un programa de gobierno y que contribuyan con sus propios planteamientos a este programa común, que se desarrollará en algún momento y que todos estemos dispuestos a emprenderlo, ponerlo en práctica y ejecutarlo si es que llegamos al poder.
¿Alguna de las agrupaciones tendría que elaborar el programa y las demás deberían de sumarse o convocarían a una especie de acuerdo nacional para ello?
–Diría que hay que usar una plantilla mínima de objetivos y planteamientos comunes, y basados en eso considerar los aportes de todas las organizaciones. Es decir, usar un tronco de árbol y las ramas serían aportadas por los movimientos que se integren al frente.
¿Hablamos de una sola oferta de gobierno?
–Creo que la gobernabilidad y la estabilidad democrática exigen no atomizar más el ambiente político. En el Perú hubo siempre más de diez aspirantes, y existe el riesgo de que esto aumente, porque en los pasados comicios regionales y municipales hubo 22 mil listas de candidatos, el 90 por ciento independientes. Cuando hay tantos movimientos y cada uno responde a sus propios intereses, no hay manera de coordinar acciones comunes entre las autoridades. Ello amenaza a la propia gobernabilidad, de modo que se busca juntar tres, cuatro o hasta cinco grupos.
¿Y dónde quedan las orientaciones políticas de cada uno?
–Después de la caída del muro de Berlín y del atentado del 11 de setiembre (de 2001) en Estados Unidos, no hay muchas diferencias entre los grupos políticos. Hablamos de eficiencia y eficacia del Estado, manejo y racionalidad e inclusión o exclusión de sectores de la sociedad, y de equidad o transparencia, y los matices están en esos niveles, pero lo importante no puede cambiar. Además, dentro de la globalización no tenemos mucho margen de operación tampoco. Es decir, lo que llevó a cabo (Alan) García en 1985, decidir dejar de pagar la deuda o expropiar los bancos, hoy no se puede hacer. Los márgenes de maniobra de un presidente de un gobierno son cada día más estrechos con la globalización y, al final, los mandatarios se convierten en administradores de algo que ya existe.
¿No existen más la izquierda ni la derecha?
–Son términos que hoy tienen poco sentido cuando existen tres tendencias: el neoliberalismo, que prioriza la creación de la riqueza así como el fomento del libre mercado y la competitividad; y la socialdemocracia, que busca, además de esto, la redistribución. La tercera posición, que siempre ha propugnado Acción Popular, es lo que los ingleses llaman la tercera vía, una tendencia mixta, es decir, un Estado que no es un espectador, pero que tampoco es estatista.
¿Qué les hace pensar que ese frente resulta viable?
–El Acuerdo Nacional. En el Perú siempre hubo enfrentamientos, es parte de nuestro origen y nuestro problema. Desde 2000, con la caída de Fujimori, se abrió una nueva posibilidad de alcanzar consensos y el Acuerdo Nacional es el primer logro, al sentar alrededor de una mesa a partidos políticos diversos y contradictorios con la sociedad civil, para discutir temas del futuro, y ad honórem, sin costo para el Estado. No importa que los progresos sean lentos, sólo el hecho de sentarnos a conversar acerca de temas nacionales es un avance en busca de conseguir objetivos nacionales comunes.
¿Qué grupos no participarían de este frente?
–Las personas vinculadas con la mafia y la corrupción, las que tengan las manos manchadas por dinero mal habido o con sangre de peruanos.
¿Incluso los ideólogos?
–Habría que estudiar caso por caso, pero, evidentemente, los ideólogos, a veces sin utilizar el martillo ni el cuchillo, causan mayor daño que quien los usa. Eso habría que analizarlo.
Unidad Nacional no es ejemplo
¿Hay diferencia entre el frente republicano y el que postula Lourdes Flores?
–No conozco bien lo que postula Lourdes Flores, pero si Unidad Nacional es el embrión, me parece una “unidad” que no se ha dado y que sólo fue electoral, porque después de las elecciones cada cual hizo sus maletas y se fue. Ese no es el mejor ejemplo para tomar en cuenta. Si crean algo diferente habría que verlo, pero si quieren hacerlo a base de lo que ya existe, que es Unidad Nacional, me parece que van a fracasar.
Fuente: El Peruano
Fecha: Lunes 4 de octubre de 2004