Diálogo. El secretario técnico del Acuerdo Nacional pide a las agrupaciones políticas convocadas por el gobierno a dejar de lado las “suspicacias” para analizar el tema de la reforma del Estado. Destaca el consenso como base en este proceso.
Por Milagros Salazar.
Foto: Roberto Guerrero.
– ¿Qué opina de que el Ejecutivo sólo haya convocado a cuatro grupos políticos para debatir el proceso de reforma del Estado?
–Lo que he escuchado es que se va a continuar con esas invitaciones. Me imagino que es un tema de procedimiento…
– ¿Pero la búsqueda de consensos no debe involucrar a los otros grupos así sean pequeños?
–Es muy importante que todas las agrupaciones políticas, sobre todo las que tienen representación parlamentaria, tengan la posibilidad de dialogar y consensuar.
En el Acuerdo Nacional (AN) se ha adoptado la creación de un grupo de trabajo para un foro de partidos políticos porque hay necesidad de consolidar un sistema de partidos que permita a sus integrantes dialograr sobre la ley electoral, la democracia interna (…). Los partidos son parte esencial de la gobernabilidad democrática para enfrentar los problemas del país. Hay que ver cómo cambiamos una serie de hábitos que terminan convirtiendo a la competencia política en guerra y no en un espacio de diálogo.
– ¿Cree que el espacio más adecuado para debatir la reforma es el Acuerdo Nacional?
–Muchas personas se han pronunciado en ese sentido. No diría que es el espacio más adecuado, diría que ofrece un ámbito muy responsable donde se ha consolidado una cultura del diálogo, sería absurdo decir que es el único espacio para conseguir consensos. Es saludable que el Ejecutivo haya convocado a los partidos…
– Pero los voceros de estos partidos dudan de que sus propuestas sean tomadas en cuenta…
–Necesitamos tomar posturas menos suspicaces ante cualquier intento de diálogo. El AN tiene como cuarto objetivo construir un estado eficiente, transparente, descentralizado, lo que implica varias fusiones, recortar gastos…
– Pero la realidad es que el gobierno deberá consensuar en medio de esas suspicacias…
–Se trata de vencerlas. El proyecto de tener un Estado moderno nos interesa a todos los peruanos.Cuanto más consensos logremos establecer, más fácil se realizarán las reformas del Estado. Todas las reformas mueven el piso. Machiavello decía en (su libro) El Príncipe, que había que tener cuidado con hacer reformas porque quienes se van a beneficiar no las pueden ver todavía y en cambio los que van a ser afectados las ven de inmediato. También es importante señalar la gran diferencia entre ver la política como político y estadista. Los primeros se preocupan en las próximas elecciones y los segundos en las generaciones. Y para hacer reformas todos debemos pensar como estadistas.
Con todos los partidos
–En una apertura democrática, ¿cuáles son los requisitos para consolidar el sistema de partidos?
–Lo que plantea el foro de partidos es crear un espacio en el cual, a diferencia del Parlamento donde los partidos tienen sus cuotas de poder en función de las bancadas, todas las agrupaciones, grandes y pequeñas, tengan igual oportunidad de participación. Gobernar democráticamente es también respetar a las minorías. Es un aprendizaje difícil porque no es fácil ser un convencido demócrata, uno tiene franjas autoritarias metidas muy profundamente en la psicología…
–Sobre todo cuando concentras poder…
–Cuanto más poderoso eres, puedes tener mayor necesidad del pragmatismo que te puede llevar al autoritarismo, que a la deliberación. Hay que encontrar el equilibrio.
Fuente: La República
Fecha: Miércoles 7 de febrero de 2007