El ruido político casi permanente que obstruye la escena nacional ha hecho que uno de los mayores logros del Acuerdo Nacional pase casi inadvertido. Se trata del Pacto de Mediano Plazo por la Inversión y el Empleo Digno que ha sido aprobado, luego de larga discusión, a inicios de este mes y cuenta con la firma de la totalidad de la gama de partidos, organizaciones sociales y representantes gubernamentales que participan del AN.
Este Pacto de Mediano Plazo era el eslabón faltante entre los 31 objetivos de largo plazo establecidos hasta el 2021 y las metas de corto plazo. El documento es demasiado amplio como para que podamos analizarlo en detalle, pero podemos decir que fija:
- Las condiciones de entorno para la inversión y el empleo digno.
- Llas políticas de Estado para la promoción de la inversión y el desarrollo humano.
- Las políticas específicas.
- El seguimiento de las mismas.
Entre las condiciones de entorno tenemos:
- Crecimiento sostenido, estabilidad macroeconómica, equilibrio fiscal y monetario.
- Estabilidad política, social, jurídica, regulatoria, seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción. Entre las políticas de Estado figuran: comercio exterior; educación y formación; desarrollo del mercado interno; innovación. ciencia y tecnología vinculada a la competitividad, y luego se pasa a las políticas específicas.
Hay que señalar que un documento de esta naturaleza se mueve entre la realidad y el deseo, y que depende por entero de la voluntad política del gobierno que salga elegido hasta el 2011 y acaso del siguiente. Hay metas que solo pueden interpretarse como pertenecientes a lo deseable, por ejemplo la tasa de crecimiento no menor al 7% anual (estamos en 4,5%) o la reducción del subempleo al 25%, el incremento de la presión tributaria al 18% (estamos en 13,5%), la reducción del riesgo país, inversión pública del 5% y otras.
Pero resulta esperanzador que partidos muy diversos y que entidades a menudo enfrentadas como la Confiep y la CGTP hayan coincidido. Aunque sea paradoja hablar de «empleo digno» y plantear la reducción o abandono de conquistas laborales casi centenarias como las vacaciones de 30 días o la CTS. Pero resulta positivo que se pueda señalar este pacto cuando nuestros dogmáticos neoliberales criollos pretenden hacer tabla rasa de los derechos de los trabajadores con el pretexto de la competitividad.
Señalemos, para terminar, que el logro de un Pacto de Mediano Plazo cierra de modo adecuado la gestión de Rafael Roncagliolo como secretario técnico del AN. L e sucede el psicoanalista Max Hernández, llamado a este puesto no tanto por su condición profesional (aunque nunca se sabe) sino por su larga práctica como coanimador de la Agenda Perú. Como sea, el AN ha ganado otro coordinador de lujo.
Fuente: La República – EDITORIAL
Fecha: Domingo 16 de Enero de 2005